Correr en Viena: las maravillas del Imperio
- audreyubertino
- 13 oct
- 5 Min. de lectura
Cuna del clasicismo musical homónimo, la capital de Austria cuenta con un centro histórico, el Innere Stadt, declarado Patrimonio de la Humanidad. Correr por Viena evoca tanto el esplendor de la época de los Habsburgo como la Austria medieval, en una ciudad renovada que ofrece una calidad de vida sin igual.
«No es casualidad que la música del alma provenga de Austria. No es casualidad que Mozart naciera en Salzburgo y Schubert en Viena, es la expresión orgánica de estas ciudades que no se han petrificado, sino que han permanecido como paisajes austriacos», escribía Ernst Lothar en su obra «Melodía de Viena».
Atravesada por el Danubio, Viena se erige orgullosa al este de Austria, muy cerca de las fronteras con Eslovaquia y Hungría. Apodada la «ciudad de los sueños» porque Sigmund Freud residió allí, también se la conoce como la «ciudad de la música».
Desde Wolfgang Amadeus Mozart hasta Franz Liszt, pasando por Ludwig van Beethoven o Franz Schubert, el clasicismo vienés ha (re)definido el arte musical europeo y sigue brillando con fuerza siglos después. Durante su paseo por Viena, ya sea corriendo o caminando, descubrirá la sublime Ópera Estatal, construida durante el siglo XIX, que rinde homenaje a los artistas famosos de la capital austriaca.
La Innere Stadt, en el corazón de la Viena más íntima
En el corazón de la ciudad, en el Innere Stadt, se sumergirá de lleno en los esplendores del Imperio austrohúngaro. De hecho, allí se encuentra el palacio imperial Hofburg, que, junto con sus dependencias, ocupa gran parte de la superficie del primer distrito. En el Hofburg, si le apetece, podrá descubrir el museo de Sissi, la emperatriz cuya juventud fue objeto de una serie de obras románticas. Pero también los aposentos del emperador y la cámara del tesoro de la corte, donde se expone la corona del Sacro Imperio Romano Germánico junto con otras insignias reales.
A pocos pasos de allí, se perderá rápidamente en el barrio de los museos. Este alberga, entre otros, un imponente complejo construido en las antiguas caballerizas imperiales. El palacio Albertina, muy cercano, que también fue una de las residencias de la dinastía de los Habsburgo, fue acondicionado en 1801 para albergar las obras de arte reunidas por el duque Alberto de Sajonia-Teschen. Hoy en día es un museo que alberga una de las colecciones más ricas del mundo, con cerca de un millón de grabados y más de 65 000 dibujos de maestros. Un auténtico paraíso para los amantes del arte.
El ayuntamiento o el parlamento austriaco, así como la catedral de San Esteban, son otros lugares que merecen una visita y que tendrá la oportunidad de ver durante su escapada a Viena. Una vez que haya saciado su apetito arquitectónico, no dude en volver sobre sus pasos hacia el Hofburg y dirigirse al Volksgarten.
Este «Jardín del Pueblo», situado alrededor del palacio de Hofburg, se construyó sobre las antiguas fortificaciones de la ciudad, destruidas por Napoleón en 1809. Es un lugar muy apreciado tanto por los corredores como por los simples paseantes, y usted podrá disfrutar de la tranquilidad de este parque de líneas depuradas, en pleno corazón de la capital.
De Wieden a Fasanviertel
Alrededor del centro de Viena se extiende la Ringstrasse, una avenida circular construida sobre el trazado de la antigua muralla de la ciudad, que rodea la Innere Stadt. Está salpicada de importantes monumentos de la época imperial austriaca y es una de las avenidas más bellas de la capital. Al otro lado del Ring se extienden numerosos barrios igualmente atractivos. Entre ellos, Wieden, el cuarto distrito de Viena, se encuentra en el Gürtel, que se construyó en el lugar de la antigua muralla. Originalmente uno de los barrios más antiguos de Viena —su nombre aparece por primera vez en un documento escrito en 1137—, se cree que su calle principal, la Wiedner Hauptstraße, es aún más antigua. Parte de Karlsplatz y del agradable Resselpark, en dirección sur.
No muy lejos de allí, descubrirá uno de los edificios religiosos más importantes de Austria, la iglesia de San Carlos Borromeo, construida a finales del siglo XVII por orden del emperador Carlos VI, de quien deriva el nombre de Karlsplatz (plaza de Carlos). De hecho, esta iglesia se encontraba en el eje entre el Hofburg y la Neue Favorita, un palacio situado más lejos, en Wieden, que también pertenecía a la familia real. Si pasa por delante durante su carrera, sepa que desde su venta por María Teresa de Austria, se ha convertido en una escuela, hoy en día el instituto Theresianum, que también alberga la Academia Austriaca de Diplomacia.
De camino a Fasanviertel, sin duda llegará al inmenso Belvederegarten, que alberga el palacio del mismo nombre, uno de los palacios barrocos más grandes de la ciudad.
Construido a principios del siglo XVIII, ahora alberga un museo cuya joya es la colección Gustav Klimt. No dude en pasear por su maravilloso «jardín suizo», que rodea el museo de arte moderno Belvedere 21, o por el jardín botánico de la Universidad de Viena, que se encuentra junto a él.
¿Schönbrunn o Donauturm?
De un extremo al otro del área metropolitana de Viena, el paseo representa más de 10 km en línea recta. Por lo tanto, es posible que no desee recorrer todas las atracciones que la ciudad tiene para ofrecer.
Fuera del centro de la ciudad, sin embargo, hay varios monumentos importantes a tener en cuenta. Entre ellos se encuentra, por supuesto, el Palacio de Schönbrunn. Parte esencial de la cultura austriaca, es uno de los lugares turísticos más visitados de Viena y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996. Se alza en Hietzing, al oeste de la Innere Stadt, y albergó varios edificios importantes antes de la construcción del castillo actual a principios del siglo XVIII, que desde entonces ha sufrido numerosas modificaciones. Napoleón II, hijo de Bonaparte, conocido como el "Rey de Roma", vivió aquí y murió tras la caída de su padre.
Schönbrunn está rodeado de inmensos jardines formales, con un magnífico cenador y ruinas romanas de imitación, así como un invernadero de naranjos.
Diametralmente opuesto al castillo desde el centro de la ciudad, el Danubio y sus orillas vírgenes también atraen. La Torre del Danubio, situada cerca del Donaupark, en una isla enclavada en el río, es uno de los puntos más destacados. A 150 metros de altura, su plataforma permite admirar las vistas de la ciudad mientras se disfruta de un café o incluso de una comida. Incluso se puede hacer puenting... o participar en una prueba deportiva llamada Donauturm-Lauf, que se celebra todos los años en noviembre. Consiste en subir corriendo los 775 escalones de la torre. El récord actual es de 3 minutos y 23,58 segundos.
En la larga Donauinsel, la isla artificial que se extiende a lo largo de más de 21 kilómetros entre el Danubio y el canal Neue Donau, también se puede pasear y disfrutar del inmenso espacio de ocio que ofrece a sus visitantes. Desde la "Copa Cagrana", llamada así por el vecino distrito de Kagran, hasta el sur de la isla, donde hay numerosas playas nudistas, la Donauinsel es sobre todo un lugar para relajarse. En junio, el Donauinselfest, un gran festival de música, atrae cada año a varios millones de visitantes.
Corre, camina o pedalea con JOOKS desde la Innere Stadt hasta la Donauinsel.
Encuentra las rutas de la ciudad de Viena y más de 1500 más en la aplicación JOOKS.
Comentarios