Cuna de Shakespeare, Dickens, los Beatles y Harry Potter, Inglaterra ya no tiene una reputación que labrarse. Pero, ¿y su capital? La mayor metrópoli de Europa, moldeada por siglos de historia, tiene una personalidad única. Es el corazón palpitante de la nación, el lugar donde convergen todos; en definitiva, una ciudad mundial.
"Cuando un hombre está cansado de Londres, está cansado de la vida, porque en Londres se encuentra todo lo que la vida puede ofrecer", escribió el literato del siglo XVIII Samuel Johnson.
En la actualidad, Londres no ha perdido ni un ápice de su vitalidad. La capital, con su burbujeante energía, sigue siendo la comidilla de la ciudad.
Y con razón: está considerada una de las ciudades más importantes del mundo por su impacto en la economía, las artes, los medios de comunicación, la moda y la educación. Con una población de 8 millones de habitantes y subiendo, la ciudad alberga 270 nacionalidades diferentes y cada día se hablan casi 300 idiomas.
A lo largo del Támesis
Situada en el sureste de Inglaterra, Londres está bordeada por el Támesis, río con el que se hizo inseparable desde muy pronto. Principal vía de comunicación de la ciudad e importante ruta comercial gracias al puerto de Londres, el río domina la ciudad. Muchos pintores se han complacido en inmortalizar estas aguas icónicas, pero ninguno mejor que el inglés William Turner. En su recorrido por el río, es posible que pase por la galería Tate Britain, donde se conservan algunas de sus mayores obras maestras.
Desde sus orígenes, la ciudad se ha construido en torno al río y sus actividades comerciales, como demuestran los treinta y tres puentes de los que presume. El más famoso de ellos, el Tower Bridge, presenta una llamativa arquitectura neogótica y un ingenioso mecanismo que le permite inclinarse para dejar pasar los barcos. A menudo se confunde con el London Bridge, uno de los primeros puentes construidos sobre el río. Une el distrito financiero de la City londinense con Southwark, famoso por sus teatros, entre los que destaca el Globe, que acogió numerosas representaciones de obras de Shakespeare antes de ser incendiado.
Palacio de Westminster, Torre de Londres, Big Ben, London Eye: los monumentos que bordean el Támesis son numerosos y su historia fascinante. Mientras pasea por la ciudad, podrá conocer mejor sus orígenes. ¿Sabía, por ejemplo, que las agujas del reloj del Big Ben tenían el tamaño de un autobús? El famoso reloj ha sido restaurado recientemente y quedará como nuevo.
Patrimonio mundial de la Unesco
Londres cuenta con cuatro lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: la Torre de Londres, la Abadía y el Palacio de Westminster, los Jardines de Kew y Greenwich Village.
El emplazamiento de Westminster, sede del Parlamento británico, hará las delicias de los aficionados a la historia que ya hayan visto su majestuosa arquitectura en el largometraje de Tom Hooper El discurso del rey.
Atracción turística obligada, la imponente Torre de Londres fue originalmente una fortaleza construida por Guillermo el Conquistador para defender la ciudad. El distrito de Greenwich es famoso por su colección de edificios que reflejan los proyectos artísticos y científicos de los siglos XVII y XVIII.
Aproveche un día despejado para visitar el Real Jardín Botánico de Kew, un parque de 121 hectáreas emblemático de la época victoriana.
Londres, una ciudad cosmopolita
La influencia de Londres no se limita a sus monumentos, ni siquiera a su destacado centro financiero. La ciudad brilla también a través de su multitud de barrios, cuya diversidad refleja la de las comunidades que la componen, confiriendo a cada uno su propia identidad.
Londres ha sido designada capital mundial de la gastronomía y es el lugar ideal para quienes deseen ampliar sus horizontes culinarios. Así que si tiene apetito para dar una vuelta, las terrazas de Covent Garden o Chinatown son el lugar ideal. Para los más locales, la ciudad está llena de fish and chips y pubs donde degustar algunas de las mejores cervezas del país. Ya sea comida jamaicana, india, china, vegetariana o británica, hay para todos los gustos y precios.
Por la noche, Londres está llena de vida. El bullicio de Camden Town atraerá a los más vanguardistas, mientras que otros preferirán la intimidad del moderno Soho. Si quiere bailar al ritmo del drum and bass, diríjase a Brixton, el barrio caribeño.
Londres se ha convertido en un lugar tan emblemático porque muchas obras literarias y cinematográficas la han elegido como escenario de sus historias. Entre las películas de culto rodadas en Londres figuran James Bond, La Naranja Mecánica, Mary Poppins y Harry Potter. Así que quizá se cruce con Hugh Grant mientras pasea por Notting Hill... Y si decides correr cerca de la estación de King's Cross, intenta vislumbrar el andén 9¾ y su Hogwarts Express antes de dirigirte hacia Charing Cross Road, la calle de las librerías donde J.K Rowling instaló el pub Leaky Cauldron.
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