Correr en Estocolmo: la capital archipelágica
- audreyubertino
- 21 jul.
- 4 Min. de lectura
Conocida habitualmente como la Venecia del Norte, Estocolmo está construida sobre varias islas, 14 para ser exactos, repartidas entre el lago Mälar y el mar Báltico. Con 1,3 millones de habitantes, es la mayor metrópolis de Suecia y su capital. Tan famosa por sus duros inviernos sin sol y sus interminables veranos como por su condición de ciudad verde, también se la cita a menudo como ejemplo en materia de igualdad y derechos humanos, y su influencia cultural, especialmente en Europa, es considerable.
El síndrome de Estocolmo se define como «la creación de un vínculo afectivo, incluso amoroso, entre una víctima y su agresor, desarrollado de forma inconsciente». Este fenómeno, que toma su nombre de un suceso real ocurrido en la capital durante el atraco a un banco, ha popularizado el nombre de Estocolmo en el lenguaje coloquial.
Pero la capital no se limita en absoluto a esta imagen de víctima. Su fama se basa sobre todo en su carácter ambivalente: arraigada en las tradiciones y abierta al mundo, la ciudad es a la vez tranquila y organizada, enérgica y vanguardista, y alterna naturaleza y urbanismo.
Entre modernidad y tradición
Situada en un entorno natural fabuloso, un archipiélago de casi veinticuatro mil islas e islotes, Estocolmo se asemeja a una ciudad mágica formada por palacios, iglesias y casas construidas sobre el agua. Aquí es donde tiene su sede el Gobierno y reside el jefe del Estado, el rey Carlos XVI Gustavo, más concretamente en el barrio histórico de Gamla Stan, fundado en el siglo XIII en la isla de Stadshomen. Las sinuosas callejuelas del casco antiguo le llevarán hasta la plaza de Stortorget y al monumental palacio real, pasando por la casa de la nobleza, antigua cámara de los Estados Generales convertida en institución privada que reúne a la nobleza sueca.
Los habitantes de Estocolmo, fervientes defensores de la monarquía, no dejan de ser progresistas e innovadores. Este carácter se refleja especialmente en su gusto por el arte y el diseño. Los amantes de la decoración y la arquitectura deben dirigirse a Norrmalm, el centro neurálgico de la ciudad, donde se encuentra la estación central y su tren ultramoderno, restaurantes innovadores y numerosas galerías de diseño. En este sentido, los barrios de Södermalm y Östermalm no se quedan atrás, mientras que el barrio ecológico de Hammarby es un ejemplo perfecto del urbanismo sueco. Para llegar allí, solo tiene que cruzar uno de los 53 puentes de la ciudad. La Biblioteca Municipal de Estocolmo, síntesis entre clasicismo y modernidad, es la quintaesencia del paradigma de la metrópoli. La encontrará paseando por las calles del barrio de Vasastan.
Historia y cultura
Fundada por Birger Jarl con el fin de proteger el país de invasiones y saqueos, Estocolmo pronto se forjó una reputación de ciudad próspera. Fue proclamada capital en 1419: a partir de ese momento, la ciudad no dejó de crecer, durante la Unión de Kalmar y luego durante el reinado de los Vasa. Este crecimiento se ralentizó a partir del siglo XVIII, durante los disturbios provocados por la Gran Guerra del Norte.
Muchos monumentos destacados datan de esta época. Es el caso del castillo de Drottningholm, situado en las afueras de Estocolmo, que junto con el cementerio de Skogskyrkogården, forma parte de los dos sitios de la ciudad inscritos en el Patrimonio Mundial de la Unesco.
Entre los edificios más bellos de la ciudad se encuentra también la Ópera Real de Suecia, un edificio de estilo neoclásico que data del siglo XIX, pero cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XVIII. En materia musical, la ciudad destaca además por la fama de su orquesta, la Orquesta Filarmónica Real de Estocolmo.
Por último, la ciudad, que fue capital cultural en 1998, alberga más de un centenar de museos. Algunos de ellos se encuentran en la isla de Djurgården, como el Museo Vasa, el Museo Skansen o el Museo Nórdico.
Una ciudad a la vanguardia del progreso
Ya sea en materia de igualdad y derechos, o de ecología, la capital sueca parece estar a la vanguardia a nivel internacional. Albert Camus pronunció allí sus discursos cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, una ceremonia fundada por el inventor sueco Alfred Nobel. ¡La activista ecologista Greta Thunberg también es originaria de allí!
Los habitantes de Estocolmo basan su vida cotidiana en un estilo de vida muy ecologista. Islas totalmente peatonales, senderos para practicar senderismo, autobuses que funcionan con biogás, actividades al aire libre, carriles bici y parques hasta donde alcanza la vista: la ciudad parece haber sido diseñada con este objetivo en mente.
Durante su recorrido, no deje de visitar la isla de Djurgarden (y sus museos), un remanso de verdor que en otros tiempos fue coto de caza de los reyes de Suecia. La isla de Södermalm cuenta con cerca de 60 parques, ¡todo un récord! Al caminar hacia el palacio real, es posible pescar salmones. Y lo que es aún más notable, Estocolmo es la primera capital del mundo en tener un parque nacional. Este inmenso parque se extiende a lo largo de 27 km cuadrados.
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