Correr en Barcelona: la ciudad de Gaudí
- audreyubertino
- hace 5 días
- 4 Min. de lectura
Barcelona es una ciudad de arte e historia, conocida por su arquitectura gótica y modernista, y un refugio para los amantes de la fiesta. Es una ciudad dinámica en la que el sol, siempre presente, le da un aire de vacaciones perpetuas, y sus playas y bulevares ofrecen un magnífico espacio de libertad para corredores, excursionistas y ciclistas.

«Mil aromas y mil colores, Barcelona tiene mil caras», afirmaba el artista Joan Manuel Serrat. La ciudad que Frédéric Beigbeder describe como «el sueño de un loco» es un auténtico parque temático para cualquier corredor que desee combinar deporte y cultura. Recorra el parque Güell, con sus sorprendentes tejados recubiertos de esmalte, que recuerdan a la legendaria casa de jengibre de los cuentos de hadas.
Más abajo, recorra la Rambla, la emblemática avenida de Barcelona que conecta la plaza de Cataluña, centro neurálgico de la ciudad, con el Port Vell, donde se alza la columna de Cristóbal Colón. Antes de ir a degustar unas tapas al centro de la ciudad, también puede disfrutar de la Barceloneta, la larga playa de arena que bordea la ciudad. O subir (¡una dura subida!) hasta la espectacular fuente de la colina de Montjuïc.
Gaudí, el (casi) santo patrón de Barcelona

Antoni Gaudí i Cornet, arquitecto catalán de nacionalidad española, es el principal representante del modernismo catalán. Su obra ha dejado una huella indeleble en la arquitectura de Barcelona, convirtiéndolo en la figura más destacada de esta corriente artística. Es, en muchos sentidos, el santo patrón de la ciudad.
Sobre todo porque Gaudí, que era profundamente religioso y llevó una vida ascética, está en proceso de beatificación. Durante tu recorrido, descubrirás algunas de sus obras. Siete de ellas, todas situadas en Barcelona, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El parque y el palacio Güell, pero también la cripta de la Colonia Güell. Así como varias fachadas famosas: la Casa Milà, la Casa Vicens y la Casa Batlló. Por último, no te perderás su creación más famosa, aún inacabada: la Sagrada Familia.
Correr desde la Rambla hasta el Barrio Gótico
El poeta y dramaturgo Federico García Lorca decía de la Rambla que era «la calle más alegre del mundo, la calle donde conviven las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que desearía que nunca terminara, rica en sonidos, abundante en brisas, hermosa en encuentros, antigua en sangre».
Esta emblemática avenida de Barcelona se caracteriza por sus numerosos quioscos dedicados a la venta de prensa, flores y animales. También es el lugar predilecto de las estatuas vivientes y, en su centro, se encuentra el mercado cubierto de la Boquería. Se completa con una pasarela, conocida como Rambla de Mar, que da acceso al centro comercial Maremagnum.

En el corazón del casco antiguo, el Barri Gòtic es el barrio más antiguo de Barcelona, un entramado de callejuelas estrechas de arquitectura gótica. Alberga vestigios de la Barcelona romana. Podrá pasear al pie de la antigua muralla y las columnas del templo de Augusto, pero también admirar numerosos edificios de la época medieval. Mientras corre, descubrirá la catedral de Santa Eulalia, la Casa de la Ciutat y el palacio de la Generalitat de Cataluña.
Durante su paseo por este laberinto de callejuelas, probablemente se encontrará con la Plaça Nova, donde se alzan dos torres cilíndricas que datan de la época romana. O también la Plaça del Rei, sede del Palau Reial Major, residencia condal y posteriormente real.
También se pueden observar numerosos vestigios de la violencia de la Guerra Civil Española en las calles y edificios del barrio. Por ejemplo, en la Plaça de Sant Felip Neri, donde la fachada de la iglesia del mismo nombre muestra las marcas de las balas de un bombardeo de la aviación nacionalista el 30 de enero de 1938.
De la playa a las colinas
Convertida en el centro neurálgico del turismo veraniego de masas, la Barceloneta bordea Port Vell, el puerto histórico de la ciudad. Esta playa, que originalmente estaba junto a los barrios de pescadores y marineros, estuvo ocupada hasta la década de 1960 por barrios marginales. Tras los Juegos Olímpicos de 1992, la ciudad construyó en su lugar numerosas instalaciones deportivas, centros culturales e infraestructuras orientadas al turismo balneario. Quien decida correr por esta larga lengua de arena debe disfrutar de los animados locales, ya que hay casinos, bares, clubes privados y hoteles de lujo. Más lejos, se puede ver la Rambla de Mar del Port Vell, con el centro comercial Maremagnum y el acuario de Barcelona.

Si prefiere correr por terrenos más escarpados, las colinas le esperan con los brazos abiertos. El Tibidabo, punto más alto del macizo de Collserola, domina la ciudad y se ha convertido en uno de los centros turísticos de Barcelona. Allí podrá visitar el templo expiatorio del Sagrado Corazón y el observatorio astronómico Fabra. El Castell de Montjuïc domina la ciudad desde lo alto de su colina, y desde allí se puede ver, más abajo, el recinto olímpico de 1992. También se puede ver el recinto de la Exposición Universal de 1929, donde se encuentra la Font màgica, cuyos juegos de agua, sonido y luz atraen a numerosos turistas por la noche.
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